Ahora bien ¿Cómo un hombre tímido puede ser cliente en este mercado? ¡Porque es fácil!
Déjenme decirles que trabajar con tímidos a veces hasta llega a ser tierno… si, tierno. Las razones del tímido para pagar por sexo abarcan un panorama bastante lógico; estos al sentir ese profundo miedo por el rechazo experimentan esta incapacidad de encontrar pareja, por lo cual su opción es acudir al sexoservicio a ver si así sienten un poco de confianza con su cuerpo y consigo mismo. La razón por la que digo que son tiernos es porque suelen ser bastante exploradores; les gusta tocar aquí y allá, sentir cada parte del cuerpo, son callados pero se preocupan por hacer las cosas bien, preguntan si lo que están haciendo me gusta o como podrían hacerlo mejor, son atentos y moldeables. Todo esto es una experiencia enriquecedora para ellos… Practican para luego poder aplicar lo aprendido con otra mujer en un futuro.
Con razones no tan similares tenemos los discapacitados, y de seguro se imaginan que es una persona que le amputaron alguna extremidad o por alguna enfermedad está postrado en una silla de ruedas, pero lo cierto es que existen diferentes tipos de discapacidades, tanto físicas como intelectuales.
La sociedad menosprecia a los discapacitados, todavía no se supera esa idea de que no se puede tener sexo con alguien minusválido o discapacitado y la pregunta es: ¿No se puede o no se quiere? ¿por qué genera vergüenza estar con alguien que no puede llevar a cabo actividades de la vida diaria de manera “normal”? Estas personas con déficit funcional tienen el mismo derecho de satisfacer sus deseos sexuales como cualquier otro ser humano, es hasta necesario desde el punto de vista de salud; desahogarse sexualmente.
Trabajé con un cliente que padecía de distrofia muscular (enfermedad hereditaria que debilita los músculos esqueléticos, los cuales producen el movimiento voluntario del cuerpo) y me ha relatado que su única vía para tener sexo es acudiendo a una escort o sexoservidora, ya que aún no llega a su vida esa mujer que lo acepte con su condición; las mujeres con las que se topa afirman que su incapacidad motora no le permite ser un buen acompañante sexual. Él me explicó que el sexo no es solo meter el pene en la vagina; tenemos un sinfín de partes sensibles que pueden ser estimuladas con los labios, lengua, dedos y que hasta solo el roce de piel a piel puede hacernos acabar igual que con una penetración. Me dijo: “El hecho de que yo no pueda mantenerme de rodillas para satisfacer a la mujer en cuatro no significa que no pueda hacerlo de otras maneras” … En mi opinión, está totalmente en lo cierto. Como resultado me termina dando las gracias por haberle escuchado, comprendido, y sobre todo, por haberlo aceptado; aseguró que gracias a mí su noche había sido memorable.
Quien diría que mi labor en algún punto generaría un tipo de impacto positivo en aquel hombre, más allá de complacerle sexualmente.
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