Mi Doble Vida

Vivencias de una escort en la gran ciudad

Mi aprendizaje sexual como amante profesional

17 de octubre de 2021
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Hasta que comencé a trabajar como escort, fue que comprendí que la imaginación del ser humano no tiene límites en cuanto a sexo se refiere. Tener fantasías es algo normal, es un indicativo de salud sexual positiva.  Estadísticamente, hombres y mujeres van a la par; solo que profundizan estas de distintos modos, por ejemplo; las fantasías femeninas son de tipo íntimo y romántico, a estas les atrae la práctica del sexo en distintos escenarios como compartir copas en el jacuzzi del hotel lleno de pétalos de rosas y mucha espuma; el carro parqueado en la cima de la colina donde nadie puede ver ni escuchar; en una sábana puesta a la orilla del mar durante una noche de luna llena… Así como en las películas donde florece el amor de verano.

Por otro lado, las fantasías masculinas son un poco más exploratorias y donde predomina la dominación por parte de ellos, el apetito del hombre es hacer tríos, principalmente con dos mujeres; tan solo el hecho de saber que jugarán entre ellas le excita demasiado; tener sexo en lugares públicos ya que el morbo de ser descubiertos le genera adrenalina y agitación; entrar en el juego de roles donde él toma el papel de doctor y la mujer esa paciente que necesita ayuda (por nombrar uno).

Lo anteriormente mencionado es solo la punta del iceberg.  Comprobé que cuando el hombre o la mujer están en un lugar que ellos consideren «seguro» es decir, libre de prejuicios, tabúes y preocupaciones; éstos son como un libro abierto que muestra todo su contenido, no esconden nada y se muestra tal y como son; y yo en mi profesión estoy encargada de comprender cada frase trazada en esas hojas.

Admito que estoy siendo un poco filosófica, pero es que el sexo es algo maravilloso, todos deberíamos abrirnos plenamente a este, el orgasmo es una bendición; cuando llegamos al punto más alto nuestro cuerpo libera toda presión contraída, llevándonos al éxtasis. No deberíamos limitarnos por estigmas y prejuicios sociales, sentirnos reprimidos por lo que pensarán los demás en cuanto a nuestros deseos.

Cabe destacar que mi aprendizaje sexual en este medio ha sido impactante, antes de dedicarme a esta profesión nunca me imaginé las capacidades del cuerpo humano cuando está en su apogeo sexual, tipo que:

  • A muchos hombres les gusta la estimulación de su punto P (ubicado a 5 centímetros dentro del ano) ya que genera un orgasmo más intenso.
  • El ano puede dilatarse hasta 5.5cm y la práctica del sexo anal puede ser bastante satisfactoria.
  • El “squirt” (expulsión de un líquido inodoro por la uretra cuando es estimulado el punto G) está sobrevalorado, hacerlo no significa un orgasmo potente; puedo squirtear antes, durante o después del sexo y eso no está relacionado con la llegada al clímax.
  • Para tener sexo no se necesita estar en una relación y estar en una relación no es tener sexo
  • Puedo darme cuenta si un pene es sano o no, con tan solo ver.

Para algunos clientes no soy más que su desahogo sexual, y para otros soy la diosa del sexo; eso no me hace sentir ni más ni menos en mi labor.

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