Una escort no solo debe ser atractiva, y pensarán ¿Qué tanto, si su deber es acompañar al hombre en fiestas, viajes, eventos o negocios? Pues por lo mismo; la mujer debe ser audaz, agradable, con un conocimiento bastante amplio en cultura general; debe saber desenvolverse en estos lugares, no solo ser un cuerpo bonito sujeto al hombre, si no también servir de apoyo para que la cita sea algo estupendo teniendo conversaciones amenas y placenteras.
Lastimar a terceros
De por sí, ser una escort ha sido para mí un gran reto; puesto que es algo que le oculto a mi familia. Ya sé que he hablado anteriormente sobre que deberíamos abrirnos un poco la mente y acabar con tabúes y prejuicios, pero tampoco quiero que a mi madre; una mujer de mas de 50 años de edad, que ha estado con el mismo hombre desde que tiene 20, me ha criado para ser una “mujer decente/buena” y sería capaz de dar la vida por mí; le dé un infarto al enterarse que el dinero que se gana su hija es por ser una servidora sexual, ya que lo primero que vendría a su mente es que me están obligando, que me la paso drogada en una esquina de la calle abordando a hombres para que me paguen 20 euros por una mamada… Ya saben, esos clichés.
Sentimientos encontrados
Por otro lado, nadie se da cuenta de la fuerza mental que me gasto… Soy escort por decisión propia y sí, gano mucho dinero y tengo libertad económica, pero esto no significa que yo sea 100% feliz; han ocurrido cosas no tan agradables y por lo general no tengo alguien que venga y me de consejos, una palmadita en la espalda y me diga “todo va estar bien”. Para ejercer esta labor se debe ser fuerte mentalmente y uno de los pros de ofrecer este servicio es que yo puedo decidir si quiero o no atender a alguien, así qué, si no me siento a gusto solo puedo tomarme un tiempo para enfocarme en sentirme bien conmigo misma.
Jugar a la ruleta rusa
El sexoservicio en España no es legal ni ilegal; su ejecución voluntaria no está penado. Se gana dinero rápido, pero no fácil, siempre está ese miedo latente de llegar a coincidir con algún estafador que pueda hacernos daño. A pesar de que un gran porcentaje de clientes son serios; igual no evadimos la idea de que algo malo se nos presente… Lastimosamente no contamos con ningún tipo de protección laboral o social, así que esta elección repercute directamente en nosotras.
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